Comunidad: | Comunidad Valenciana |
Convocatoria: | Junio 2003 |
Modalidad: | LOGSE - Todas |
Ejercicio: | 1er Ejercicio |
Asignatura: | Castellano |
Obligatoriedad: | Común |
Duración: | 90 minutos |
Baremo: | Comentario crítico del texto: 0-7 puntos. Cuestiones: 0-1'5 puntos cada una. Elije una serie de cuestiones (Opción A y Opción B ) y responda a sólo dos de las cuartro propuestas en ella (0-1,5 puntos cada una) |
FILOLOGÍA
José Antonio Hernández Guerrero
La palabra filología no sólo significa -como afirma la mayoría de los manuales- el conjunto de técnicas de análisis históricos de los textos escritos, ni siquiera el estudio científico de las lenguas. Filología es, también y sobre todo, el amor agradecido, responsable y fecundo al logos, que es palabra, pensamiento y emoción. Filólogo es quien se entrega inteligente e incondicionalmente al verbo hecho voz, dibujo y vida; es el que se dedica al lenguaje humano, ese instrumento que nos proporciona una experiencia inédita de la realidad, esa herramienta que, dotada de un extraordinario poder de transformación, al mismo tiempo, nos pregunta, nos responde, nos ofrece ayuda y nos suplica auxilio.
Los filólgos leemos y releemos a los autores clásicos porque nos proporcionan nuevos impulsos; porque nos inquietan, nos interpelan y nos estimulan para que respiremos el aire del pensamiento y para que nos sumerjamos en el mar abierto de la fantasía. Cada una de las palabras de esos textos -que, al cabo del tiempo, conservan la lozanía de la flor recien cortada, el olor del pan que acaba de salir del horno y el alimento de la fruta que aún pende del árbol- son fecundas simientes que iluminando las cuestiones de más palpitante actualidad, penetran en nuestras entrañas, germinan y producen frutos gratos y provechosos.
Por eso afirmamos que, cuando nos orientamos por el camino de la filológia - del amor a las palabras- elegimos la senda de la razón, de la armonía, de la coherencia y de la unidad. Lean detenidamente, por ejemplo, el siguiente fragmento de Miguel de Cervantes: "Mas con ninguno hizo mayor daño / que con la hambrienta, despiadada guerra, / que al natural destruye y al extraño. / Ésta consume, abrasa y echa por tierra / los reinos, los imperios populosos / y la paz hermosísima destierra; / y sus fieros ministros, codiciosos / más del rubio metal que de otra cosa, / turban nuestros contentos y reposos" (Trato de Argel, vv. 1337-1345).
Como, de manera concisa, ceñida y elocuente, nos decía el Rector de la Universidad Autónoma de Madrid, en la inauguración del Seminario Internacional sobre el Siglo de Oro, esta denuncia valiente del autor del Quijote no es sólo un no rotundo y público a la guerra, sino un gesto afirmativo y un sí categórico a la palabra.
Haciendo una profesión de fe en el poder liberador de la palabra, Ángel Gabilondo, con su tono reposado y con su rigor lógico implacable, nos hizo una invitación entusiasta a las aventuras del trabajo mental, a la lectura y a la escritura, al diálogo y a la conversación, al pensamiento y a la acción. Reivindicó la Filología como el medio privilegiado para interpretar la realidad, como el instrumento eficaz para el mutuo entendimiento y como el cauce seguro para la humanización: como una generosa y urgente llamada al encuentro y a la vida, e, incluso, como la senda más segura para hacer sensible lo misterioso de los sucesos ordinarios como el camino más directo para descubrir las entrañas profundas en el ilusorio paraíso de lo cotidiano.
José Antonio Hernández Guerrero
(Diaro de Cádiz, 31 de marzo de 2003).
Elija una serie de cuestiones (Opción A y Opción B ) y responda a sólo dos de las cuatro propuestas en ella (0-1,5 puntos cada una)
Última modificación de esta página: 19 de febrero de 2004