Comunidad: | Comunidad Valenciana |
Convocatoria: | Junio de 2002 |
Modalidad: | LOGSE - Artes - Humanidades y Ciencias Sociales |
Ejercicio: | 2º Ejercicio |
Asignatura: | Historia del Arte |
Obligatoriedad: | Obligatoria en la Opción de Artes y opcional en la Opción de Humanidades y en otras |
Duración: | 90 minutos |
Baremo: | El alumno deberá elegir el ejercicio A o el ejercicio B. Ejercicio A: Cada pregunta tiene una puntuación máxima de 2,5 puntos. Ejercicio B: Puntuación máxima. Pregunta 1 (3 puntos). Pregunta 2 (4 puntos). Pregunta 3 (3 puntos). |
Imagen 1. Iglesia de San Martín de Fromista. Siglo XI. Palencia.
Imagen 2. Pantocrator de San Climent de Tahül. Siglo XII. Lérida.
Imagen 3. Cristo románico. San Climent. Siglo XII.
"El románico se distingue por la espléndida eclosión del arte figurativo. El centro gravitatorio lo constituye el edificio; en este se recoge una densa y tenebrosa atmósfera. Pero el edificio no queda mudo sino que habla de la religión y de la otra vida. En las fachadas y en los capiteles, la escultura; en los muros, la pintura. Pero es la arquitectura quien dirige. De aquí que la pintura tenga un carácter decorativo [...] pero por otro lado posee una gran significación teológica: Cristo y los santos están allá hieráticos, irradiando respeto y temor al pecado".
J.J. Martín González, Historia del Arte, Madrid, 1974.
Imagen 1. Augusto de Prima Porta.
Imagen 2. El llamado Togatus Barberini. Roma.
"No hay, en mi opinión, un rasgo mayor de felicidad para un individuo que el que siempre quiera saber todo el mundo cómo fue en realidad [...] Testimonios de que en otro tiempo existía un ardiente amor por los retratos son el famoso Atico, amigo de Cicerón, que publicó una obra sobre el tema, y M. Varrón, que tuvo la buenísima idea de insertar en su fecunda obra unos setecientos retratos de hombres ilustres, impidiendo así que desaparecieran sus figuras o que el paso del tiempo prevaleciera sobre los hombres; se le puede considerar inventor de un regalo que incluso provocó la envidia de los dioses, porque no sólo les confirió la inmortalidad, sino que hizo también que fueran conocidos por todas las tierras, de manera que podían, como los dioses, estar presentes en todas partes".
Plinio: Textos de Historia del Arte, Edición de Mª Esperanza Torrego, A.Machado Libros, Navalkcarnero (Madrid)), 2001, págs. 76-77
"En algunas de las más primitivas cabezas de este arte republicano descubrimos todavía señales de haber sido moldeadas con auxilio de la mascarilla de difunto [...] Pero otros retratos ya manifiestan los máximos esfuerzos para dar vida y personalidad al personaje retratado [...] pero no hay duda de que algo que estaba en los retratos de los patricios se conservó inalterable durante toda la larga evolución del arte romano. Nos referimos a lo que tan frecuentemente se ha llamado realismo, o sea un interés casi sublime por lo personal y característico del personaje retratado...".
Jose Pijoán: El Arte Romano, Summa Artis Vol. V, Espasa-Calpe, Madrid, 1965, págs. 147-148
Última modificación de esta página: 25 de febrero de 2004