Comunidad: | Comunidad Valenciana |
Convocatoria: | Septiembre de 2001 |
Modalidad: | LOGSE - de Artes y de Humanidades y Ciencias Sociales |
Ejercicio: | 2º Ejercicio |
Asignatura: | Historia del Arte |
Obligatoriedad: | Obligatoria en la Opción de Artes y opcional en la Opción de Humanidades y en otras |
Duración: | 90 minutos |
Baremo: | El alumno deberá elegir el ejercicio A, o el ejercicio B. Ejercicio A: Cada pregunta tiene una puntuación máxima de 2 puntos. Ejercicio B: Puntuación máxima. Pregunta 1 (3 puntos). Pregunta 2 (4 puntos). Pregunta 3 (3 puntos). |
Imagen 1. Velázquez. Las Meninas. 1656.
Imagen 2. Francisco de Zurbarán. San Buenaventura. 1629.
Imagen 3. Murillo. Niños comiendo frutas. 1645-46.
... Su auge es inseparable del poder y de la difusión del catolicismo español. (...) desde el siglo XVI y XVII, puede decirse de manera ininterrumpida y casi sin lazo con las vicisitudes económicas y políticas que prosiguieron (...) que respondían a la ardiente fe de la nación entera y cuya acumulación le prestaría a cambio un carácter particular de fervor fanático, de ostentación y de realismo. Existe realmente aquí un mundo de espiritualidad del arte que ningún otro país de Europa ha mostrado. En esa negación de la medida de la armonía, del equilibrio, de la serenidad, en esa voluntad de emocionar y turbar, en esa retórica del espectáculo, ¿cómo no ver valores incompatibles con los que apreció el clasicismo? ¿cómo no reconocer una vena barroca? ...
Tapié, V. L. Barroco y clasicismo. Madrid, 1991.
Imagen 1. David. El juramento de los Horacios. 1784.
Imagen 2. Ingres. La bañista de Valpinçon. 1808.
Mientras la primera generación neoclásica había conocido como principal tema de divergencia la disputa de lo griego y lo romano, la segunda se dedica a las relaciones que hay que establecer entre la cultura y la observación,..., De una parte David proclamando que para vivificar un tema es necesario sumergirse en la vida concreta; de otro, Quatremère de Quincy. Para éste último, teórico rígido, la naturaleza es inexistente, incognoscible; no debe su manifestación más que a la voluntad del artista; la Belleza sublime y severa no puede ser concebida más que por la teoría y abordada por la razón; hay que ver lo que es no como es, sino como podría y debería ser; el fin del arte es presentar un arquetipo; pintar o esculpir lo que no existe, pero constituye la suma de cualidades, de ideal, aislado por la reflexión estética y moralizadora.
Francastel, Pierre. 'La reacción clásica en los siglos XVIII y XIX', en El arte y el hombre. Tomo III, Barcelona, 1967.
... la base de todo es el dibujo, el fino trazo lineal, que sin duda no existe en la naturaleza ni se da en la percepción de lo real, pero que traduce en cognición intelectual la noción sensorial del objeto,... Se quiere educar en la claridad absoluta de la línea, que reduce a lo esencial y no da lugar al probabilismo de las interpretaciones.
Argan, Giulio Carlo. El arte moderno. Valencia, 1975.
Última modificación de esta página: 25 de febrero de 2004