Comunidad: | Comunidad Valenciana |
Convocatoria: | Septiembre de 1999 |
Modalidad: | LOGSE - Humanidades y Ciencias Sociales |
Ejercicio: | 2º Ejercicio |
Asignatura: | Geografía |
Obligatoriedad: | Opcional en la Opción de Ciencias Sociales y en otras |
Duración: | 90 minutos |
Baremo: | 2,5 puntos por pregunta. Elige uno de los dos ejercicios propuestos |
Documento 1
Evolución regional del empleo industrial en 1989 | ||
Comunidades | Empleos en 1989(en miles) | Evolución 1979-89(en %) |
Andalucía | 260.9 | -11.4 |
Aragón | 112.0 | -5.6 |
Asturias | 95.7 | -21.5 |
Baleares | 40.8 | +1.7 |
Canarias | 47.5 | +8.7 |
Cantabria | 39.1 | -30.3 |
Castilla-La Mancha | 113.6 | +11.6 |
Castilla-León | 166.5 | -10.0 |
Cataluña | 747.5 | -8.7 |
Comunidad Valenciana | 383.4 | -3.6 |
Extremadura | 28.3 | -22.0 |
Galicia | 160.9 | -6.2 |
Madrid | 348.1 | -12.3 |
Murcia | 67.9 | -7.9 |
Navarra | 63.8 | -8.2 |
País Vasco | 236.2 | -29.4 |
La Rioja | 29.4 | -7.8 |
España | 2.941.6 | -10.7 |
Fuente: BBV. Renta Nacional de España y distribución provincial (varios años). Extraido de Méndez y Molinero (1993), Geografía de España, Ariel, Barcelona.
Mapa
Documento 2
Documento 3
Documento 4
Fondo de compensación interterritorial (1994) | ||
Comunidad | Millones de pesetas | Porcentaje |
Andalucía | 49.998 | 39.7 |
Galicia | 24.703 | 19.5 |
Castilla y León | 12.610 | 10.0 |
Extremadura | 11.445 | 9.1 |
Castilla-La Mancha | 10.904 | 8.7 |
Comunidad Valenciana | 5.779 | 4.6 |
Canarias | 5.138 | 4.1 |
Asturias | 4.059 | 3.2 |
Cantabria | 1.233 | 0.1 |
TOTAL | 125.870 | 100.0 |
Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda.
Documento 1
La desertificación, un fenómeno de gran alcance medioambiental
Generalmente se usa el término desertización para designar el proceso de pérdida de suelo y vegetación, sea cual sea la causa (natural o humana). Cuando la acción humana es causa importante de este proceso, se prefiere el término desertificación.
Debido a este proceso, la productividad real del suelo se sitúa por debajo de la potencial. Es un fenómeno inducido directa o indirectamente por el ser humano; asociado a las fluctuaciones climáticas, las sequías periódicas, o la aridez; supone la degradación del suelo; y repercute en los demás componentes del paisaje. Afecta, sobre todo, a los ecosistemas frágiles, los que sufren condiciones climáticas severas, por lo que ha llegado a convertirse en un problema que requiere una especial atención, ya que los efectos combinados de las fuerzas naturales y humanas son más intensos cuando los mecanismos naturales de recuperación son más lentos que el ritmo impuesto por las acciones humanas.
Extensas áreas de los países que rodean el Mediterráneo presentan un alto riesgo de desertificación.
Los países de este ámbito, entre los que se encuentra España, están habitados desde antiguo, lo que significa que han sufrido la transformación, no siempre favorable, de los paisajes y recursos naturales. Por ejemplo, el poblado de Los Millares, en Almería, que en la época del bronce daba sustento a 2.000 personas dedicadas a la agricultura, en la actualidad es una zona desértica.
Asimismo, las tradicionales roturaciones para extender los cultivos, el ramoneo de los ganados, la práctica secular del fuego sobre los rastrojos, la tala indiscriminada del bosque etc. han sido factores responsables de la pérdida progresiva o de la degradación de la vegetación natural. En la actualidad, sólo una cuarta parte del territorio español se dedica a uso forestal. A esta situación habría que añadir la sobreexplotación de acuíferos que da lugar a la salinización de los terrenos, y las malas prácticas agrarias, como realizar los surcos en dirección de la erosión o roturar zonas marginales.
Fuente: Estébanez, J y otros, Geografía, Santillana, 1997, p. 105
Documento 2
Documento 3
Documento 4
España no ha aplicado ningún plan para atajar la desertificación, que afecta al 40% del país
Mucho más discreta que las cumbres de Kyoto y Buenos Aires, dedicadas al cambio climático, la que estos días se celebra en Dakar, la capital de Senegal, plantea la lucha contra la desertificación, otro de los graves problemas, junto a la pérdida de biodiversidad, que acecha a la humanidad, según se denunción en la Cumbre de Río de 1992. Aunque España ratificó el Convenio y ha dedicado mucho esfuerzo a diagnosticar su avance, no ha desarrollado todavía ningún plan para la recuperación de las zonas áridas, que alcanzan al 40% del territorio.
A España le toca muy de cerca ese problema: más del 40% de su territorio está sometido a procesos de desertificación (avance del desierto por efecto de la actividad humana), el 18% "se encuentra gravemente afectado", y en algunas zonas de Andalucía se producen pérdidas por arrastre de hasta 300 toneladas de suelo por hectárea al año.
Como país se suscribió en 1996 la Convención de la Lucha contra la Desertificación, España se comprometió a desarrollar un Programa de Acción Nacional plasmado en cinco objetivos: desarrollar una gestión sostenible en las tierras agrícolas y forestales para prevenir su degradación; rehabilitar las tierras iniciadas en ese proceso; hacer una gestión sostenible de los recursos hídricos; hacerla también del suelo, y prevenir los incendios forestales.
Se han hecho cuantiosas inversiones en el diagnóstico cartográfico y científico del problema, a través del proyecto de Lucha contra la Desertificación en el Área Mediterránea (LUCDEME), puesto en marcha en 1984.
Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Almería se ha desarrollado el proceso de desertificación a lo largo de los últimos 500 años, aunque se aceleró en los años sesenta, con la introducción de la tecnología en las prácticas agrícolas y, posteriormente, con las ayudas europeas indiscriminadas al campo. Estas nuevas prácticas han contribuido al avance de procesos erosivos en todo el sureste y el valle central del Ebro y a la salinización de los acuíferos en prácticamente en todo el litoral mediterráneo.
El país, martes, 1 de diciembre de 1998
Última modificación de esta página: 24 de febrero de 2004